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Multiventura en Alicante

Aperturas Chicharreras (2ªparte)

Hola a tod@s de nuevo,

Me dirijo hacia donde lo había dejado anteriormente en esta sección. La verdad que ahora mismo es de la que más me motiva escribir y bellos recuerdos me trae hasta aquí. ¡¡Empezamos!!

Estábamos debajo del muro principal, después de haber dejado atrás un paño de roca, mas bien, poco complicado y de trámite hasta llegar donde estábamos. Era mi turno, me dispongo con todos los cacharros encima. Conecto al arnés, cintas exprés, llaves, martillo, chapas y parabolts, taladro, me hago los nudos de las cuerdas de escalada y también la cuerda auxiliar. Vaya, que me cargo bien de trastos con los que me siento más que pesado, no se si con todo esto podré escalar muro semejante.

Todo se da de maravilla, voy escalando y fijando seguros de una forma estética y cómoda. La escalada es bastante mantenida y el muro nos regala diferentes secciones más técnicas, que son una delicia escalarlas por primera vez. En una de esas secciones, casi llegando a lo que es el final del largo, me encuentro con una sección de presa pequeña y complicada lectura. Me paro justo antes de empezar, la miro y pienso. Estudio los movimientos, me pongo nervioso y tiemblo, me pregunto si podré pasar por allí, por supuesto en libre. Por un momento dudo y saco las herramientas de artificial, ¡¡ LAS UÑAS!! (o ganchos) Empiezo a progresar con ellos, primero uno y después otro. La roca es buena, sólida pero tiene por encima una capa de liquen gris, característico de la roca caliza de por aquí. Muchas veces puedes pensar que estas de algo solido y …. boom!! te peta en la cara. Y así pasó después de haber progresado varios metros desde el último seguro e ir encontrando agarres para la posterior escalada, una uña se me reventó en la cara y…..AAAHH!!! Pego un vuelo decente y con tan mala suerte que reboto en una pequeña repisa que había justo por debajo de mi.

No es nada, un golpe en el tobillo que me molesta bastante al principio y me va dejando movilizar cada vez más. Eso me coloca en mi sitio y decido escalar, no utilizar las uñas y pensar en sacar los movimientos exprimiendo el cerebro para descifrar la secuencia. Doy con el  método, un movimiento, dos, tres y ¡¡poom!! vuelo. Me pongo de nuevo y vuelvo a caer, así un par de veces hasta que en un intento agarro la presa buena y desde ahí saco el taladro y ¡¡RAAAAA!! ¡¡chicharro al canto!! Espectacular.

Sigo por una sección de escalada un poco mas relajada hasta llegar a una seudo repisa donde monto “R”. Estallado de la cabeza después de tantos vuelos y con mas dolor en el tobillo, decido que hasta aquí es suficiente y que siga otro compañero, mientras los colegas me gritan si lo veo bien para hacer lo que venia por encima….uufff!! Pienso, que va!! jajaja.

Ya estamos todos juntos en la reunión y comentamos el largo y diferentes jugadas sucedidas hasta donde estamos. Super contentos y mega motivados por las vistas que nos presenta el muro, sin palabras.

Sale Javi “Rupi”, está con todo colocado y dispuesto para la acción. Se presentaba un muro vertical, semi inclinado, sujetivamente corto hasta una repisa o zona de mucha vegetación, que se veía desde nuestra posición. Se desplaza hacia la derecha para encontrar una serie de agarres buenos e ir directo hacia arriba. El largo se aprecia peleón y así es, “Rupi” no lo pasa mal pero tampoco sube silbando, en algún momento, debe sacar las garras “de hierro” para poder superar zonas complicadas. Después de un tiempo, llega a la zona de vegetación y con mucha paciencia y arte vuelve a gritar “¡REUNIOOOOON!”

De nuevo, ¡¡subidón!!, esas palabras nos generaban una calma mezclada con energía e ilusión por ver la siguiente sección, que desde donde estábamos no podíamos ver. Subimos “el del sierro” y yo hasta donde se encontraba “Rupi”. Fué aquí donde le pusimos el nombre  a Rubén, o realmente salio solo, porque en esta repisa herborea y verdesca, él explayó en solitario a dejar un bonito balcón con vistas al Entreforc, desde donde podíamos reposar, beber, comer e incluso cagar…quitándonos el arnés!! jajaja Habíamos encontrado “el Bar” del muro, lugar para sentirnos mucho más como en casa.

                         

Se nos hacia tarde y como ya comenté anteriormente, no pensábamos dormir en el cañon y mucho menos encontrarnos este lugar en medio del muro, para poder hacer un vivac. Decidimos dejar el primer y excitante día de apertura por terminado y bajar por la cuerdas fijas, previamente instaladas. Yo estaba con mucho dolor en el tobillo, se me había enfriado muchísimo e inflado notoriamente.

Llegamos a pie de vía con la noche, recogimos lo que pudimos y lo demás allí se quedó para proseguir el próximo día. Con las mochilas prácticamente vacías pero con las almas llenas de sensaciones y emociones nuevas nos disponíamos hacia la cuesta del infierno del Entreforc, con un tobillo mas que resentido. La subida se hizo eterna, estuvimos más de 3 horas en alcanzar el parking. El tobillo no me daba tregua y cada movimiento dentro del cañon, con sus piedras redondeadas y el suelo desuniforme, me hacían sentir y revivir cada momento de ese largo.

Continuare en la siguiente entrada. Gracias por estar ahí